viernes, 4 de marzo de 2011

Insipido....

Miro por la ventana en esta última tarde en la oficina de Campinas y mientras me fijo en como las gotas de esta lluvia torrencial, que nos acompaña todas las tardes desde hace una semana, van dejando regueros en los cristales pienso en todo lo que ha significado brasil y el continente sudamericano en mi vida.
Aquí he crecido como persona, he sufrido, he llorado, he reído, he trabajado, he sentido, he inventado….
Ahora siento que el final de una etapa llega y empezamos una nueva, aunque mañana sigamos haciendo lo mismo de la misma forma que hasta ahora.
Miro a mi compañera y pienso en su juventud, le queda aún mucho por descubrir, mucho por sentir. Este solo ha sido su primera experiencia de este estilo pero la ha pasado con nota, ha nacido para esto.
Necesito forzar la memoria para recordar como era a su edad y lo que pensaba, de cómo quería comerme el mundo, de cómo todo el planeta era una gran tarta a la que dar bocados y disfrutar los sabores… ¡eso es! ¡Eso es lo que he perdido! ¡El sentido del gusto!
Todo sabe igual, no encuentro sabores distintos, nada llena mi boca de sensaciones que no sean conocidas, que no haya saboreado ya 100 veces. Estoy harto de los mismos sabores, incluso de los que probé poco. No logro disfrutar de la comida.
Ahora que vuelvo a mi casa, a mi hogar vuelvo al sitio donde nací me doy cuenta de que no quiero seguir probando los mismos sabores, pero también me doy cuenta de que estoy perdiendo la capacidad de notar cuando un sabor es nuevo en mi vida.
Tengo atrofiado el gusto… seguiré probando cosas que saben a lo mismo de siempre……